¿Cómo te lo explico? Los dedos te señalan, te apuntan, te miran y marcan. Es como un infra rojo con largo alcance, sólo basta un error para ser la presa. Todos te van a dar el mejor tiro, porque obviamente nadie se equivoco así, ni haría una cosa de ese estilo.
- Lo tuyo fue una bajeza querida, te importó nada el resto. Todos estos años de educación que te di y tirados a la basura en un segundo por una tonta utopía que es incomprensible. ¿te pensas que sos la única? ¿Qué acá es todo como vos queres y si vos queres?
- No sé si acá, pero en mi vida y en mi mundo si, el que quiere lo comprende y el que no, puede tomarse el colectivo que mejor lo deje.
- ¿así no más? “ya fue”. Vos y tus compadres de tu edad, con esa “open mind” de mierda, que tira por el piso el respeto de toda moralidad y ética.
- ¿pero sabes lo que podes hacer con toda tu ética y moral? Pintala donde más te guste, cree en el dios que más te convenza y convenga, pero a mí no me jodas con boludeces. A veces parece que vivís en una caja de cartón.
- ¡Marcela! Tene un poquito de cuidado con lo que decís, soy tu madre todavía por si no lo notaste. No es lo que yo creo, es lo que es, el mundo se maneja así, hay reglas, hay leyes. No es que yo invente la moral ayer.
- Mira mamá, a mi me parece bárbaro que vos creas así, pero no podes venir y señalarme así como si nada, como si fuera la más hija de puta del planeta.
- Eso me haría a mí una puta, y ya no estoy en edad para andar cabalgando. Lo que yo te quiero mostrar es que no medís lo que haces, por hacer lo que se te ocurre mucha gente puede salir lastimada.
- Ya lo sé mamá, y lamentablemente para mí y afortunadamente para vos y tu religión a mí también me pesa. Pero no puedo vivir haciéndome cargo del peso del resto ni reprimiendo cosas que te pasan delante de la cara, que te mueven el piso y todos los valores que no existen más que por recordarlos.
- Yo no entiendo qué te pasa hija, sinceramente. ¿vos me decís que preferís cagar a alguien que reprimir 5 segundos de tu vida?
- No. Yo te digo que no puedo hacerme cargo del resto, sí de lo que yo hago. Mi objetivo no es cagarle la vida a Alberto y tampoco lo és reprimirme algo que dura 10 minutos. Yo aposté a él, pero él no es mi “media naranja”, mi “50-50”, la “mitad que me complementa”. Eso es ridículo, nunca una sola persona puede ser la otra mitad que te falta. Yo no soy una mitad, soy completa y me alimento de todos, no de Alberto nada más.
- En mis tiempos, si yo le hubiera planteado algo así a mi vieja me hubiera cagado a cinturonazos, después de haber rezado 10 plegarias y dejarme sin salir por un año. Ufff.. (suspirando) escucho lo que decís y acepto lo que me planteas hija, pero es tan difícil para mí que no puedo entenderlo.
- Mira, no pretendo que lo entiendas, sólo me conformo con que lo aceptes y dejes de levantarme el dedo cada vez que te hablo.
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