12 de enero de 2010

El Pez

Tirado en el medio del mar yace el pez de nuestra mente.Esperando flotar, salir a la luz. No necesita solo del cielo, tiene sus propias estrellas en lo más profundo. Pero quiere ver otras, como son las de allá arriba.

Como un parto, salimos de la oscuridad y nos dirigimos hacia la luz, por el mero instinto de supervivencia. Lloramos. Como cuando salimos del mar y hace frío. ¡Pero hay que parirse!

Queremos parirnos, todos los días y en cada momento en que la luz parezca solo entrar en el cielo. Debemos reconocer nuestras constelaciones. Nadar en lo profundo. Es colarnos en las ramas. Pasear por las texturas. Suaves caracoles. Ásperos arbustos. Agua cálida. Viento frío. Estrellas que no brillan, y aún así viven.

El fuego está en la orilla.

02/10/2006

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